Este es un palacete mandado construir en 1899 por María del Carmen de Aragón-Azlor e Idiáquez, XV duquesa de Villahermosa, y su esposo, José Manuel Fernando Goyeneche y Gamio, conde de Guaqui, quienes tenían su residencia principal en Madrid en el Palacio de Villahermosa, actual museo Thyssen Bornemisza.
Este elegante edificio refleja el estilo arquitectónico y el lujo característicos de las residencias de la nobleza española de su época.
Al entrar en esta mansión, nos recibe un jardín estilo Hungría, unos jardines que nos envuelven en una atmósfera mágica creada por estatuas antiguas, un cenador de hierro forjado con una preciosa escultura central original de la época que dialoga con las enredaderas y las coníferas que lo rodean.
A través de unas discretas escaleras, accedemos al interior del palacete, una mansión de 14 habitaciones y 8 baños, con una superficie habitable de 880 m2 en una parcela de 950 m2.
Cuando cruzamos la puerta principal nos sorprende el lujo de su interior, original de la época, con mobiliario datado desde el Renacimiento hasta finales del siglo IXX principios del XX. El interior del palacete está ricamente decorado con muebles de época, obras de arte y tapices que reflejan el patrimonio y la historia de la familia de la Duquesa de Villahermosa, ofrecen una atmósfera de lujo y elegancia.
La espectacular escalera del vestíbulo principal donde uno de los elementos principales en su descanso son los dos inmensos espejos, nos llevan a las habitaciones de la primera planta.
Las estancias están organizadas de forma temática, ya que algunas salas fueron diseñadas para grandes eventos sociales, otros para tomar el té, están las que son ideales para una cena íntima y otras que garantizan la máxima privacidad.
Un detalle no menos importante: la preciosa galería de cristales, ideada en tiempos de Alfonso XIII que permite tener privacidad sin perder la posibilidad de observar el exterior.
En el jardín encontramos un porche y cenador, además de una sala-pabellón de billar independiente, una casa de guardeses de 280 m2 con otros cuatro dormitorios, más otra vivienda de servicio de 136 m2 y dos cocheras
Descripción arquitectónica y características:
El palacete presenta influencias de la arquitectura neoclásica y renacentista, popular entre las residencias aristocráticas de finales del siglo XIX y principios del XX en Madrid.
La fachada del palacete es sobria, con una simetría cuidada y detalles ornamentales que destacan la riqueza y el buen gusto de sus propietarios. Caracterizado por sus líneas Neoclásicas refleja la arquitectura de los Austrias en España.
Historia y relevancia:
Este palacete constituye una joya arquitectónica, situado frente al Palacio Real del Pardo, es un sitio emblemático y con una basta historia, construido a finales del siglo XIX por Doña María del Carmen de Aragón-Azlor e Idiáquez, XV Duquesa de Villahermosa junto con su esposo, quienes tenían su residencia principal en Madrid en el Palacio de Villahermosa, actual Museo Thyssen Bornemisza. Fueron mecenas de las artes y amantes de la cultura. El edificio era la segunda residencia de los Duques.
Doña María del Carmen Aragón de Azlor e Idiáquez, XV Duquesa de Villahermosa, perteneció a una de las familias más ilustres de la nobleza española. Su linaje y posición social se reflejan en la opulencia del palacete.
El Ducado de Villahermosa es uno de los títulos nobiliarios principales de España, creado en 1476 por Juan II de Aragón, a favor de su hijo Alonso de Aragón, hermanastro de Fernando el Católico. Se le concedió la grandeza de primera clase en 1520 por el Emperador Carlos V.
A lo largo de los años, el palacete ha sido escenario de numerosos eventos sociales y reuniones de la alta sociedad madrileña. Su ubicación y diseño lo convierten en un lugar ideal para la celebración de banquetes, recepciones y otros actos sociales de importancia.
Este palacete no solo es una muestra de la arquitectura y el lujo de la nobleza española, sino también un testimonio de la historia y la cultura de una época pasada.