El Maximalista

La mañana está despejada y el cielo sobre Manhattan luce el mismo azul que la puerta de entrada del hombre que en los últimos dos años, a los sesenta y pico, ha tenido que empezar de cero. «¡Me largaron!», dice John Demsey unos minutos más tarde mientras tomamos café en su salón a todo color. «Fue una experiencia horrorosa, pero ¡ya estoy de vuelta!».

Durante más de treinta años, John Demsey fue un ejecutivo de gran prestigio más allá de los Estados Unidos. En este tiempo, el hijo de una pintora y de un industrial de Ohio fue puliendo la imagen originalmente muy clásica y conservadora de la empresa Estée Lauder con el lanzamiento de audaces proyectos de belleza. Lo consiguió principalmente con la marca MAC y, más tarde, también con Tom Ford, convirtiendo a estrellas del pop y raperas como Lil’ Kim, Missy Elliott y la drag queen estadounidense RuPaul en nuevas embajadoras de la marca. Como presidente del grupo Estée Lauder, logró dar el salto de una empresa mediana familiar a una corporación mundial cotizada en bolsa con unas ventas vertiginosas, valorada en algunos momentos en más de cien mil millones de dólares. A partir de ese momento, John Demsey se le considera una estrella de la industria de la belleza que también en su vida privada goza de gran popularidad. Como presidente de la fundación MAC Aids Fund, consigue recaudar más de 500 millones de dólares para la lucha contra el sida.

Cuando comenzó el confinamiento por la COVID, este padre divorciado de una hija de quince años empezó a publicar divertidos memes en su cuenta privada de Instagram y rápidamente generó unos 73 000 seguidores. «Pronto se convirtió en una gran comunidad. Gente de todo el mundo se me acercó y me dijo: “¡Gracias! Me has hecho llorar, me has hecho reír, me has tocado la fibra sensible”». Hasta que un día en febrero de 2022 compartió sin pensarlo un meme cómico. «Un meme que no llegué a entender del todo y que estuvo en las redes durante unas horas».

El alto ejecutivo de Estée Lauder, que estudió también en la Universidad de Stanford, entre otras, fue inicialmente invitado a cogerse vacaciones para poco después anunciar que dejaba la empresa. «Lo irónico es que mi carrera se construyó sobre la inclusión y la diversidad —dice Demsey, recordando el pasado—. He hecho más por personas de orígenes y géneros minoritarios que nadie antes en la industria de la belleza».

«El azul como color de base está inspirado en las botas Louboutin de una buena amiga».

En los dieciocho meses siguientes, su casa de seis plantas se transformó en su salvavidas. El directivo se convirtió de repente en persona non grata, perdió quince kilos y también experimentó algún que otro drama en su vida privada. «Mis padres enfermaron gravemente. Mi padre murió durante esta época. Mi madre pasó por una fase muy difícil, pero pude traerla a vivir conmigo a Nueva York, donde ahora disfruta de una vida maravillosa a sus 91 años. Mi hija se vio afectada, y de forma muy negativa, por el ciberacoso y problemas en las redes».

Pero John Demsey no se rindió, aceptó un nuevo trabajo como asesor sénior en L Catterton —una firma de capital riesgo vinculada a la compañía LVMH— e inició, en colaboración con la editorial Vendome Press, un insólito proyecto de libro. Dos amigos, el fotógrafo de interiores Douglas Friedman y la periodista de moda Alina Cho, le animaron a llevarlo a cabo. El plan era el siguiente: un libro de sobremesa que hable de su singular vida, su estética y su filosofía. «Mi amigo Douglas me dijo: “Tu casa ha aparecido en todos los Architectural Digests del mundo, pero nadie ha captado realmente la esencia de la persona que hay detrás. Tú, que entiendes el arte de coleccionar como nadie y quieres vivir la creatividad sin límites”».

«Cuando aún no tenía ni un dólar, comencé a comprar carteles de cine y a visitar los mercadillos».

La producción fotográfica duró diecisiete días. Con la ayuda de la estilista holandesa Mieke ten Have, Demsey puso en escena su casa, una obra de arte amueblada con maestría. «El libro se convirtió casi en una manifestación física de quién soy, un proyecto de pasión creativa». La obra Behind the Blue Door – A Maximalist Mantra fue publicada por Vendome Press hace apenas seis meses. La glamurosa fiesta de presentación del libro en su casa el pasado mes de septiembre fue también el regreso de Demsey a la sociedad neoyorquina. «Desde el primer momento recibí un enorme apoyo del mundo de la moda». En nuestra entrevista, el experto en belleza también destaca su extraordinaria amistad con su mentor, Leonard Lauder: «Sigue siendo una fuerza positiva en mi vida».

John Demsey mantiene su cuenta de Instagram. En la actualidad, 2,1 millones de personas le siguen bajo @jdemsey. Los consejos de su gestor de crisis de entonces le ayudaron. Demsey cuenta: «Cuando le pregunté en aquel momento si debía eliminar mi cuenta, su respuesta fue: “¡De ninguna manera! El 0,01 % que te odia lo hará siempre. Tienes que seguir siendo optimista. No mires atrás, solo hacia delante”».