Con los Oscar, repasamos la relevancia de la vivienda en el cine

Se avecina la ceremonia de los Oscar. Evento cumbre del séptimo arte que, bofetadas aparte, consagra y apuntala al starsystem y a los mejores trabajos del ejercicio. El cine es actividad predilecta dentro de los confines del hogar y, a su vez, el hogar es una pieza crucial en el cine. Tanto que varias películas lo han acogido prácticamente como un personaje más. Estas son algunas de ellas.

El terror y sus mansiones encantadas es paradigmático a este respecto. La mansión de los horrores, de William Castle, con Vincent Price es un clásico. Tanto como El Resplandor con su espeluznante hotel o la Rebeca de Hitchcok, donde la mansión que habitan Laurence Olivier y Joan Fontaine exhala el aliento de la mujer que titula la cinta.

Abandonando el terror, pero no el cine clásico, es imperativo adentrarse en la gran El apartamento, con un coaccionado Jack Lemon. Billy Wilder hizo elemento clave una vivienda que funcionaba como casa de citas para desdicha del protagonista. Una relevancia que de este escenario que adoptó como pocos. Otra muy buen ejemplo es La tentación vive arriba, donde Marilyn Monroe da vida a una vecina tan ingenua como atractiva.

Películas clásicas de nuestra infancia como Solo en casa o series como Apartamento para tres marcaron una senda que generalista con una vis cómica que hoy acogen productos contemporáneos como Sólo asesinatos en el edificio.

Un cine que, pese a la obvia evolución de los últimos tiempos en cuanto a plataforma y formato, sigue manteniendo inquebrantables varios de sus  fundamentos.