Actualmente nos encontramos inmersos ante una situación inimaginable en la historia. El confinamiento, provocado por la pandemia del Coronavirus, ha obligado a millones de personas, situadas en diferentes puntos del mundo, a permanecer en sus viviendas y hogares como medida de contención.
Esta crisis supone un reto para todas aquellas que ven limitada su libertad de movimiento durante un periodo en el que aún se desconoce su etapa final.
La incertidumbre y el estrés provocado por el aislamiento se hace más llevadero para aquellos ciudadanos que pueden disfrutar de amplios hogares acondicionados para pasar largos periodos en el domicilio.
Tras a ver permanecido más de un mes confinados en el domicilio, se comienza a ver el hogar de forma diferente, acentuando sus carencias y valorando al máximo sus puntos fuertes.
La falta de espacio para trabajar, hacer ejercicio o simplemente para mantener la distancia de seguridad es uno de los problemas más recurrentes durante el confinamiento.
Esto se debe a que una gran parte de las viviendas construidas en el epicentro de las grandes ciudades, no están diseñadas para vivir en ellas largos periodos de tiempo sin salir.
Viviendas no adaptadas para el confinamiento
Una grandísima parte de la sociedad española se concentra en las ciudades, por lo que los españoles residen generalmente en edificios de vivienda colectiva, es decir, en pisos.
Las viviendas que se encuentran en el centro de estas ciudades están diseñadas para que sus habitantes desarrollen una rutina generalmente en lugares ajenos a ella, como es el centro de trabajo, el gimnasio y lugares de ocio.
La principal carencia que suele tener este tipo de viviendas es la falta de un espacio al aire libre que consiga hacer más llevadero el confinamiento, unido a espacios reducidos para instalar una oficina con el fin de teletrabajar o dónde poder practicar deporte dentro del domicilio.
Además de ello, el espacio de almacenamiento escaso supone un nuevo problema en la mayoría de las viviendas actuales ubicadas en el centro de las grandes urbes.
Por otro lado, este tipo de viviendas no se encuentran cerca de agradables zonas ajardinadas, ni tampoco disfrutan de espacios comunes para desarrollar múltiples actividades sin necesidad de salir del edificio.
Viviendas adaptadas al confinamiento
En el lado opuesto, encontramos las viviendas adaptadas a esta situación. Viviendas amplias y luminosas, que permiten pasar el confinamiento de la forma más agradable y funcional posible.
Este tipo de domicilios suelen situarse en zonas residenciales a las afueras de las grandes ciudades, en espacios ajardinados llenos de vida y sin el bullicio característico del centro de la ciudad.
Tanto sus pisos como viviendas unifamiliares suelen contar con amplios espacios y estancias versátiles, con las que no tener que renunciar a ninguna actividad. Además, están adaptadas con terrazas, balcones o un pequeño jardín además de un jardín y piscina comunitaria.
Ya sea una vivienda más o menos pequeña, intentar hacer actividades físicas y mentales hará que el cuerpo y mente de cada uno se evada y afronte esta situación de la mejor forma posible.
En la inmobiliaria Engel & Völkers La Moraleja, Mirasierra y Puerta de Hierro vaticinamos un notable cambio en los hábitos de consumo inmobiliario tras esta crisis sanitaria.
Es posible que los compradores busquen distribuciones menos rígidas y con menos tabiques, más espacios flexibles y, sobre todo, que disponga de una terraza, balcón o pequeño jardín.
Esta época de confinamiento ha provocado que tener una estancia al aire libre dentro de la vivienda se convierta en un requisito indispensable para nuevos compradores, teniendo un peso especialmente importante en el proceso de decisión de compra o alquiler.
Por otro lado, el teletrabajo es la opción laboral a la que han tenido que aferrarse un gran número de empresas para poder continuar con su actividad durante el confinamiento.
Tras comprobar todas las ventajas que ofrece esta modalidad laboral, muchas de las compañías podrían implantar de forma permanente esta forma de trabajo, obligando así a los trabajadores a contar con un pequeño despacho en el domicilio.
Esto supone un nuevo requisito para los compradores, disponer de una habitación extra para usar como despacho o viviendas con estancias más amplias para poder ubicar la zona de trabajo en otros espacios, como por ejemplo en el salón.
Además de ello, los nuevos requisitos de compra también prestarán gran atención al almacenamiento. El acopio de víveres que ha traído consigo el aislamiento en casa hace que la amplitud de la cocina y su capacidad de almacenamiento sea imprescindible en esta nueva etapa.
En cuanto la ubicación de las viviendas se convertirá en un elemento clave en los nuevos hábitos de compra del sector inmobiliario.
Antes de la crisis, los ciudadanos preferían viviendas situadas en el centro de la ciudad, a pesar de ser residencias menos espaciosas y funcionales.
Actualmente, los compradores valorarán ubicaciones privilegiadas a pocos kilómetros del centro de la ciudad, como es el caso de las zonas residenciales de La Moraleja, Mirasierra o Puerta de Hierro.
Y no solo eso, las viviendas que cuenten con amplias y sofisticadas zonas comunes para realizar diferentes actividades, tanto al aire libre como en un espacio cerrado, se encontrarán entre las favoritas para los clientes.
Todos los profesionales que forman Engel & Völkers La Moraleja, Mirasierra y Puerta de Hierro coinciden en que aún es pronto para determinar con exactitud cuáles serán los nuevos hábitos de consumo inmobiliario, aunque está claro que estos cambiarán tras el Covid-19.
La amplitud y los espacios abiertos son las nuevas características imprescindible en una vivienda, características que carecen las viviendas ubicadas en las grandes urbes españolas.
En el caso de la capital, no hace falta desplazarse largos kilómetros para encontrar una vivienda de calidad que disponga de todas las exigencias mencionadas anteriormente.
La zona norte de Madrid, compuesta por La Moraleja, Mirasierra y Puerta de Hierro se postulan como las zonas residenciales más reconocidas y consolidadas de la capital, no solo por su ubicación privilegiada, sino por su gran oferta de inmuebles de calidad que consigue adaptarse a las necesidades de cada cliente.