En el pueblo de Pollensa se ubica el “Puig de María“ una montaña a 330 metros sobre el nivel del mar, con esplendidas vistas de las bahías de Pollença y Alcudia y de la Sierra de Tramuntana. En lo alto de esta montaña se encuentra un santuario que fue dedicado a la Virgen María, empezado a construir en 1348, para implorarle protección por la epidemia de peste negra que azotaba Mallorca.
Cuenta la leyenda que tres devotas mujeres de Pollença, conocidas como “les dones de Can Sales” retiradas del mundo y que practicaban la vida contemplativa cerca de esta montaña, observaron un fenómeno sorprendente. A la puesta del sol la montaña del Puig que ellas tenían delante, se coronaba de una misteriosa luz, el resplandor era más intenso cada sábado, día especialmente consagrado a la Virgen. La noticia se propagó entre la gente del pueblo, que subió en procesión hasta el lugar y descubrió una imagen de la Virgen. Cuando la quisieron bajar a la iglesia parroquial, aquella figura de piedra, aumentaba misteriosamente de peso cuando querían bajarla y se aligeraba cuando la volvían a subir. Los Pollensines comprendieron así que la voluntad de la Virgen era tener allí mismo su santuario. Poco después las tres mujeres se trasladaron al Puig y formaron una pequeña congregación de clausura con otras monjas.
A lo largo de la historia el Puig de María ha sido hogar de diferentes congregaciones de monjas y ermitaños. En el año 1968 se establecieron las últimas monjas que tuvieron que abandonarlo en 1988 por falta de recursos.
Su primera construcción fue una capilla en la que predomina la arquitectura gótica, de planta basilical, con una bóveda de arcos apuntados y capillas laterales donde se guarda la imagen de la Virgen María. El santuario fue ampliándose con el paso del tiempo y a su alrededor se construyeron las murallas y una torre de defensa, desde donde se vigilaban las posibles invasiones que podían venir vía marítima.
Hoy día el santuario alberga una zona de alojamiento con dormitorios de 2 a 8 personas, que eran las antiguas celdas que ocupaban las monjas, un restaurante con excelente comida mallorquina a buen precio como “pa amb oli” “arròs brut” “paella” etc…un comedor en el interior para los que traen su propia comida y un horno de leña para aquellos que quieran utilizarlo. En el exterior hay una zona de barbacoa para quienes quieran prepararse su propia carne, y se puede comprar leña y carbón para los visitantes.
La excursión al Puig de María es una salida ideal para hacer con familia o amigos. Existe un único camino por lo que no tiene perdida. Su duración no es superior a una hora y el ascenso tiene aproximadamente 330 metros. A lo largo de este ascenso recorrerá bellos parajes entre encinares y en el camino empedrado que sube hasta la cima encontramos dos sitios de parada obligada, una conocida cueva”la cova del dimoni” (cueva del diablo) y una pequeña cavidad en la roca en forma de silla conocida como “La Cadireta del Bon Jesús”, donde según la creencia, las mujeres embarazadas que se sientan ahí, tendrán un parto feliz.
El lunes de Pascua, es tradición entre los locales subir al Puig de María de excursión y deleitarse con los manjares mallorquines típicos de pascua, como son “panades” (empanadas de carne) y robiols (empanadillas dulces).
En los alrededores de Puig de Maria hay un buen número de preciosas fincas/casas de campo, con estupendas vistas y autentica privacidad.
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