Horario
Mar-Jue 10:00 - 19:00
Vie-Sab 10:00 - 20:00
Cuando hablamos de la experiencia de vida en la Cerdanya es habitual referirnos a la belleza del paisaje, el apacible ambiente que se respira en sus pintorescas localidades y las numerosas opciones lúdicas con la naturaleza como telón de fondo. Sin menoscabo de todo lo anterior, disponer de una casa en Cerdanya abre la puerta a un tipo de turismo estrechamente relacionado con la cultura y la historia. No en vano, la Cerdanya alberga auténticas joyas del románico que merece la pena visitar sin prisas a través de diferentes rutas por los municipios más representativos.
El estilo románico arraigó en la región en paralelo con su desarrollo en el norte de las actuales provincias de Girona y Lleida. Entre los siglos XI y XIII, la diócesis de Urgell fomentó la construcción de numerosos edificios religiosos que seguían los cánones del románico lombardo, aunque con las mismas características formales que podemos observar en otros puntos de Cataluña.
Por norma general, se trata de construcciones más bien austeras desde el punto de vista ornamental y con una gran importancia de la pintura tanto en el interior como en el exterior. La mayoría de los ejemplos presentan unas dimensiones reducidas y podemos constatar una notable homogeneidad estilística, lo cual no resulta óbice para que muchas de las iglesias que se conservan en la actualidad presenten ciertas particularidades que no pasan desapercibidas a los visitantes. A partir del s. XIII, coincidiendo con la destrucción de algunos edificios a manos de los cátaros, el gótico comienza a hacerse visible en antiguas construcciones románicas.
Bellver de la Cerdanya es, sin duda, el municipio que alberga algunas de las muestras más representativas de esta corriente arquitectónica. La iglesia de Santa María de Talló, inicialmente concebida como monasterio, es conocida popularmente como la "Catedral de la Cerdanya", en referencia a sus grandes dimensiones. A pesar de los cambios introducidos a lo largo de los siglos, el templo conserva interesantes detalles originales como los herrajes del portón principal. También en Bellver puede visitarse la singular iglesia de Sant Julià de la Pedra, de estilo prerrománico, entre otras.
El municipio de Isòvol puede presumir igualmente de contar con dos interesantes monumentos románicos. La iglesia de Santa María de All dispone de una variada decoración escultórica con figuras humanas y animales, al tiempo que presenta un particular techo de madera. Por su parte, la iglesia de Sant Pere de Olopte se ubica justo en la cima de una pequeña elevación de terreno desde la cual se disfruta de excelentes vistas del entorno. Al norte de Isòvol se encuentra la pequeña población de Meranges, con uno de los templos, la iglesia de Sant Serní de Meranges, que fue saqueado por los cátaros. Por fortuna, el recinto ha sido acertadamente restaurado. Y la iglesia de Santa Coloma de Ger data en origen de 1740 pero fue reconstruida en el siglo XVIII, luego sufrió un incendio en 1936 y fue nuevamente reformada.
La sección más oriental de la comarca ofrece una interesante ruta por tres pequeños núcleos que albergan otras tantas construcciones románicas. Hablamos de las iglesias de Sant Pere de Alp, Sant Cosme i Sant Damià de Queixans y Sant Esteve de Les Pereres, estas dos últimas pertenecientes al municipio de Fontanals de Cerdanya. Los edificios reseñados son de pequeño tamaño, pero cuentan con el aliciente de poder visitarse realizando diferentes itinerarios en coche o incluso a pie (entre Queixans y Les Pereres).
La iglesia de Sant Esteve de Prullans es otra de las visitas que no pueden dejar de realizarse. A los alicientes artísticos del templo -incluyendo un interior tan sobrio como sobrecogedor- hay que sumar las imponentes vistas que esperan a los visitantes a las puertas mismas de la iglesia. Otra forma de combinar el turismo patrimonial y el senderismo es acercarse a la Iglesia de Sant Salvador de Predanies, en el municipio de Prats i Sansor.
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Mar-Jue 10:00 - 19:00
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