Un jardín de invierno es mucho más que un espacio vital adicional en el que dar cobijo a numerosas plantas. Equipado con un sistema de calefacción y ventilación apropiado, su especial encanto se presta en invierno a acogedoras reuniones y relajadas veladas con un vino caliente en la mano. También uno se puede sentar a salvo del calor del verano o de la lluvia. Es la diferencia del jardín de invierno con respecto a uno convencional, que no es muy atractivo en la lluvia, el frío y el calor y tampoco es adecuado para todas las plantas para el invierno. Para las plantas mediterráneas o exóticas, el jardín de invierno es un pequeño paraíso. A través del llamado efecto invernadero, los rayos solares calientan el invernadero, el cual almacena el calor y le saca el máximo provecho a la energía solar. Esto ahorra gastos de calefacción y crea un clima agradable en el que las plantas y las personas se sienten cómodas.
Pero aparte del espacio vital adicional, un jardín de invierno es también una muestra de exclusividad que puede revalorizar el precio de la vivienda en caso de que se venda. Si desea vender su propiedad, puede revalorizarla mediante la correspondiente ampliación, lo que también justifica los precios exclusivos de la propiedad.
Una pequeña desventaja a la hora de construir un jardín de invierno: se necesita solicitar una licencia, pero solo en caso de que se trate de una ampliación posterior. Por eso es mejor dejar la planificación y la construcción en manos profesionales, independientemente de si se construye junto con la casa o se añade más tarde. Además, para empezar la construcción conlleva por supuesto, ciertos costes.
Un jardín de invierno es ideal para casas unifamiliares, casas adosadas e incluso pequeños apartamentos.
También las casas de vacaciones y de fin de semana registran un aumento de valor. Si quiere vender su propiedad equipada con este espacio adicional, cuando la venda, recuperará los gastos incurridos.
En cualquier caso, el espacio adicional con las grandes ventanas, que también sirven de paredes, no solo debe ser atractivo para la vista, sino que también debe estar construido con material estable y de fácil cuidado para que pueda soportar la nieve y la lluvia. Sin embargo, cuanto más alta es la calidad del material y la construcción, más aumenta el valor de la propiedad, lo cual es de especial interés si el propietario se decide por vender su propiedad.
Si las adelfas u otras plantas de invierno mediterráneas van a invernar en el jardín de invierno, no se requiere calefacción, pero perderá la posibilidad de disfrutar de su jardín de invierno sentado cómodamente. Los respectivos precios de los inmuebles son, por supuesto, más bajos para viviendas con jardín de invierno sin calefacción que con uno con calefacción, que además está disponible todo el año como espacio habitable adicional.
Si prefiere un sitio acogedor y cálido y aún así puede prescindir de un sistema de calefacción o incluso de calefacción por suelo radiante, también puede decantarse por una chimenea. Así que hay numerosas posibilidades de decoración de una manera hogareña y atractiva.
